INQUISICIÓN
Cuando había una cierta cantidad de condenados por la Inquisición, se celebraban los llamados "Autos de Fe"
treinta días antes, se comunicaba por pregón público a todo el pueblo acerca de la fecha de la aplicación de las sentencias.
El pueblo se preparaba para asistir en pleno a la plaza mayor o al atrio de la iglesia .
El día fijado, muy temprano, las autoridades de la ciudad se reunian y llegaban a la residencia de los inquisidores para escoltarlos al lugar donde iban a morir atrozmente por su fe.
Luego de una larga misa, los condenados aparecían maniatados, Los clérigos de la ciudad y los Miembros más ilustres, conducian a los condenados por todo el camino.
"El camino estaba lleno de espectadores, hombres, mujeres y niños se veian entremezclados con carruajes lujosos, damas y caballeros. El pueblo se desesperaba por insultar y maltratar a los reos en su camino hacia la muerte. Muchos iban amordazados."
"El camino estaba lleno de espectadores, hombres, mujeres y niños se veian entremezclados con carruajes lujosos, damas y caballeros. El pueblo se desesperaba por insultar y maltratar a los reos en su camino hacia la muerte. Muchos iban amordazados."
En el campo el ambiente era festivo. El gran broche final de la fiesta se aproximaba. Los alli presentes cuidaban su puesto celosamente mientras los vendedores ambulantes caminaban entre la multitud ofreciendo sus productos.
Aquellos que eran declarados rebeldes por mantener sus creencias, eran condenados a la hoguera. Algunos se arrepentían momentos antes de aplicar la pena y se les otorgaba la gracia de ser ahorcados primero antes de caer en las llamas, como una medida «humana» para evitar el sufrimiento del fuego.
Al llegar al quemadero...
Se leen las condenas y comienza la quemazon entre risas, gritos y desgarradores alaridos de dolor...
La muchedumbre se deleita al mirar los gestos del condenado entre las llamas, haciendoles recordar imagenes sagradas del purgatorio y el infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario